Bitcoin, al rescate de la economía sumergida

Image by Bloomimage/Corbis
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Desde su columna en la revista Forbes, Jon Matonis nos invita a sumergirnos en el mercado «informal» para entender el verdadero potencial de Bitcoin:

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Una consecuencia no deseada de regular o restringir el uso de las criptomonedas descentralizadas es que éstas pasarían a ser «reconocidas» oficialmente; la otra es que el uso de estos nuevos instrumentos sería – en gran medida – empujado a la economía sumergida.

Sin embargo, esto no es tan malo como parece. La economía global sumergida es un mercado de unos 10 trillones de dólares. No sólo se trata de la segunda mayor economía del mundo (después de Estados Unidos); también es la economía de más rápido crecimiento. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo) prevé que, para el año 2020, casi dos tercios de los trabajadores de todo el mundo serán parte de la economía sumergida, es decir de un mercado basado enteramente en dinero en efectivo, libre de impuestos, licencias y regulaciones gubernamentales.

Todo tipo de actividad económica está ocurriendo en este dinámico mercado informal, que en algunas regiones asciende a un 20-60% del PIB, e incluso más… y toda economía necesita una moneda. ¿Qué mejor candidato a moneda «oficial» de la economía sumergida que Bitcoin, el «oro digital» (mundial, descentralizado e independiente del Estado)?

Según Robert Neuwirth, «La economía sumergida nos enseña una verdad importante: lo que sucede en los quioscos de carretera de todo el mundo, así como en todos los mercados no registrados, no es algo accidental; es una expresión legítima de inteligencia, resistencia, auto-organización y solidaridad. «

Actualmente, la mayor parte de las transacciones dentro de la economía sumergida tienen que hacerse cara a cara, pero un sistema como Bitcoin facilitaría las transacciones a distancia, al margen de barreras geográficas y políticas. De esta manera, Bitcoin podría fortalecer y extender significativamente el ecosistema informal, al brindar a los consumidores alcance internacional y a los comerciantes muchas más opciones a la hora de elegir a sus proveedores.

Contrariamente a la tesis de los «anti-cash», la población no bancarizada y los integrantes de la economía sumergida no van a abandonar el dinero en efectivo, a menos que puedan sustituirlo por algún medio de intercambio con similares características en cuanto a protección de la privacidad.

En conclusión, uno de los mercados potenciales de Bitcoin es nada menos que la segunda economía más grande del mundo, y su único competidor en este ámbito es el dinero en efectivo gubernamental en estado de perpetua devaluación.

Fuente: Forbes – «Could Bitcoin Become the Currency of System D?», by Jon Matonis