El espíritu emprendedor no pide permiso

emprendedor-exito-desobediencia-permiso-bitcoin
Image by myheimu/Flickr

 

Muchos académicos libertarios pasan buena parte de sus vidas hablando de la naturaleza inmoral de la intervención del Estado en los asuntos monetarios, y de sus catastróficas consecuencias.

 

Sin embargo, cuando finalmente se les presenta una alternativa monetaria sólida, viable, crecientemente adoptada y que es la expresión más pura del libre mercado… se hacen los distraídos – como si en realidad le temieran al tan loado cambio de paradigma.

No es el caso de Jeffrey Tucker, por supuesto, como lo atestiguan las palabras de este verdadero paladín de la libertad:

La banca está experimentando serios trastornos, a pesar de los intentos de la Fed y el Tesoro de monopolizar el sistema. Bitcoin, la nueva moneda descentralizada, está creciendo y floreciendo, a pesar de todos los esfuerzos por desestimarla. Surgen nuevas y originales formas de asignar el crédito y financiar proyectos que omiten por completo a los canales oficiales…

El mercado no se quedará quieto. Frente a los terribles costos del anacrónico Estado-nación, seguirá encontrando formas creativas y sorprendentes de eludir el aparato coercitivo, generando así nuevos espacios de libertad en los cuales el progreso podrá desplegarse.

Todo acto emprendedor que no aguarda el “debido permiso” es un acto revolucionario en el sentido de que golpea en el corazón del status quo. El verdadero emprendedor no pide permiso: se atreve a imaginar algo nuevo y mejor, y es capaz de provocar un cambio inesperado, no autorizado y progresivo, al añadir una nueva dimensión de experiencia a la manera en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

En ausencia del espíritu emprendedor, la historia se estancaría, y la propia sociedad se atrofiaría y finalmente moriría. En presencia del espíritu emprendedor, cada tentativa de controlar y paralizar al mundo enfrentará una obstinada oposición – y el fracaso asegurado en el largo plazo.

La historia nos enseña que los que se atreven a interponerse en el camino del progreso humano serán eventualmente atropellados. Habrá fricción y no pocas víctimas en el camino, indudablemente. Pero llegaremos… paso a paso; un acto creativo de desobediencia a la vez.

Leer artículo completo, en inglés, en Daily Reckoning

Ver también Bitcoin y los intelectuales