Bitcoin no quiere anónimos (V)

Por moraluniversal.com

No sólo es Bitcoin quien no quiere anónimos. La naturaleza misma no los quiere, se los quita de en medio, e incluso premia las demostraciones exageradas de genuina identidad. Los calamares preferirían no tener que arrojar tinta; las palomas preferirían no tener que salir volando… A nadie le parece que un calamar o una paloma sea un animal incompleto o incoherente por evidenciar que no desea gastar su preciada energía de esa manera desde la seguridad de su escape, unos metros más lejos del peligro. A nadie le parecería una hipocresía que Edward Snowden – un hombre bien conocido1 – dijera que hubiese preferido dedicarse a sus quehaceres con una IP estática como una casa, con un café y charlando; en lugar de desde su terminal incógnito. A nadie que tenga dos dedos de frente, o un mínimo de integridad y confiabilidad, esto es.

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Independientemente de la naturaleza moral de estos oficios, los mejores policías son ladrones reformados; los mejores expertos en seguridad son hackers reformados… Nadie que sea consciente de las verdaderas cualidades de estos señores – con dos dedos de frente – dice que cuando operaban por debajo de la ley estaban traicionando su preferencia por operar por encima, tener un buen sueldo y vivir sin ansiedad.

Con el tema del anonimato pasa lo mismo. El “anónimo” declarado – tal vez por eso que no se puede ver a sí mismo – es un burro acerca de la privacidad en internet; igual que el político es un burro acerca de la ética; el marxista es un burro acerca de la igualdad; el fascista es un burro acerca del capitalismo… Y así acaba cayendo presa de su propia burricie.

La física y las matemáticas

El universo, al ser objetivo, excluye la idea del anonimato perfecto: todo cuerpo que existe en la realidad macroscópica es diferenciable y trazable; sin eso las teorías de la física clásica, que son teorías computacionales, quedarían invalidadas – y Sherlock Holmes en el paro. Los famosos “hashes” criptográficos, orgullo del anonimato en internet, son funciones computacionales también, necesariamente, deterministas. Así que se puede inferir la identidad de cualquier agente que opere por internet si tenemos la información necesaria, use la herramienta que use. La práctica del anonimato en internet lo único que hace es ofuscar y revolver esa información, y hacer difícil su obtención.

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Que exista un margen de error en la certeza de esa información no quiere decir que esta no sea determinable.

La idea de “destruir la información” también es una imposibilidad teórica en el mundo macroscópico. La existencia de algo en la realidad queda registrada por cómo este algo interactúa con el resto del universo (por ejemplo, con la luz que incide sobre un objeto y que se propaga en todas direcciones) y el grado de desorden en que pueda evolucionar ese algo no cambiará esto. Cuando borras los bits de la memoria RAM, lo único que haces es modificar el campo eléctrico de una serie de condensadores…  La información está ahí. Que tú no sepas, o no tengas medios para saber en la actualidad, no quiere decir que la información haya desaparecido.

Lo que ocurre es que, en el universo de quienes no tienen integridad moral, porque no usan la razón para eso, las leyes de la física son el completo opuesto: incoherentes, indeterministas, y permiten la creación y destrucción de información según el capricho subjetivo de cualquiera. ¿Por qué?

La psicología del “anónimo” revisited

La represión del conocimiento, o el “borrado” de la propia memoria, es un mecanismo muy viejo y eficaz de abuso de los propios hijos; y, por extensión, de las personas con las que se tienen relaciones importantes, de naturaleza ética. Uno puede mencionar a los políticos como ejemplo por excelencia de este tipo de Alzheimer interesado; pero es que ya llevamos bastantes años repitiendo la misma retahíla, y va siendo hora de hablar del sitio que engendra toda esta mierda humana y putrefacta – el sitio del que nadie nadie quiere hablar.

Los niños, que no tienen dichas deficiencias cognitivas hasta que sus amos y señores les terminan rompiendo la mollera, naturalmente se rebelan contra eso. Los niños pequeños constantemente denuncian y temen a esos grandotes antojados que pululan por dentro y fuera de la casa y que, habiendo traicionado sus propias normas morales para con ellos, obviamente serían capaces de cualquier cosa. Esos seres “olvidados” y anónimos se mueven como fantasmas que amenazan al niño atrapado en la oscuridad de la casa; porque el niño no olvida.

Fuentes poco anónimas

Un vistazo a lo que dice quien realmente sabe de anonimato, como es de esperar, así lo confirma: “El anonimato no es absoluto”; “No estás escondido; estás seguro. […] Con el tiempo, toda seguridad es violada. ¿Cuándo? Nadie lo sabe.”; Investigadores de la Universidad de Michigan desarrollaron un escáner de red que permite la identificación del 86% de los puentes Tor con un único escaneo.

En el caso de Bitcoin la opinión de los expertos la cosa ya se cae de madura: “Bitcoin no es anónimo”; “Aprende por qué Bitcoin no es anónimo”, etc. etc.

De todas formas, darse cuenta de esto, como vengo diciendo, no requiere leer mil fuentes; porque es una simple cuestión de principios racionales, como los de la física, las matemáticas… y la moral – ninguno de los cuales gusta de olvidar.

 

1

Los diarios The Guardian y The Washington Post hicieron pública la identidad de Snowden a petición suya, días después de la filtración. Explicó así su razonamiento para renunciar al anonimato: «No tengo intención de esconder quién soy porque sé que no he hecho nada malo». (http://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Snowden)