El fenómeno Bitcoin sigue desconcertando a Xavier Sala-i-Martín

Por Roland Albets

xavier sala-i-martin+bitcoin
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Después de decir que Bitcoin es una burbuja y probablemente un timo en este artículo, enzarzarse en una absurda discusión sobre la definición económica de «burbuja» con Juan Ramón Rallo en este otro y de tomar algo más en serio a Bitcoin en este vídeo, aunque cometiendo algunos errores comunesel economista Xavier Sala-i-Martín ha optado por volver a referirse a Bitcoin con un tono menos técnico y más irónico en su blog.

Vale la pena analizar algunos puntos, ya que dan pie a explicar conceptos interesantes que parece que se le han pasado por alto. Veamos:

Durante el mes de noviembre el bitcoin ha aumentado a un ritmo de 500% MENSUAL. La definición de “hiperinflación” que hizo Phil Cagan en 1956 es que existe hiperinflación cuando los precios suben al 50% MENSUAL. El aumento de precios del bitcoin supera en 10 veces ese aumento desproporcionado que representa una hiperinflación.

El crecimiento de una tecnología disruptiva como Bitcoin, al igual que otros sucesos naturales como la propagación de enfermedades o la difusión en redes sociales, sigue la curva logística y la función sigmoide. Es normal que crezca exponencialmente al principio, para terminar estabilizándose cuando ya ha sido adoptada por buena parte de la población. **N de la R: ¿Inflación? ¡Pero si los precios nominados en bitcoins han caído drásticamente en el transcurso de noviembre! Llamar a eso «inflación» es como llamar gigante a un enano porque está en el piso más alto de un rascacielos.**

Un empresario que hubiera contratado a un trabajador por 10 bitcoins hace un mes, pensando que eso representaría un salario anual de 24.000 dólares, hoy le debería pagar un salario anual de 144.000 dólares anuales y se habría arruinado.

Mentira. El empresario habría acordado el precio en dólares y no en bitcoins; en el momento de pagar le tendría que dar al trabajador los bitcoins equivalentes y listo. Cuando, en un futuro, la cotización del bitcoin sea más estable, ya se podrían fijar los precios en bitcoins sin tener que preocuparse por la volatilidad.

Los compradores no son usuarios de Bitcoin como moneda sino especuladores que esperan que siga subiendo.

Es cierto que una parte son especuladores, ¿y qué? La especulación es inherente a la especie humana, y es una práctica beneficiosa y hasta necesaria, que proporciona liquidez al mercado. El hecho de que haya gente especulando no significa que la moneda no pueda triunfar.

Para los amantes del patrón oro y de las monedas privadas, el precio de hoy es significativo porque por primera vez en la historia, el precio del bitcoin ha superado hoy al de una onza de oro. Me pregunto si eso quiere decir que el patrón bitcoin es mejor que el patrón oro.

Lo que hace a Bitcoin mucho mejor que el oro no es su cotización, sino sus cualidades. A diferencia del oro, el bitcoin es infinitamente divisible (la divisibilidad del oro es relativa; por lo general es acumulado en forma de lingotes o monedas que obviamente no pueden partirse), es discreto y fácil de mantener (el oro hay que tenerlo escondido con el consiguiente riesgo de robo, o bien hay que pagarle a alguien para que lo resguarde en un lugar supuestamente seguro), es difícilmente detectable (el oro ocupa mucho espacio y es fácilmente detectable por un detector de metales), es infalsificable (el oro se puede falsificar de muchas formas, por ejemplo mezclándolo con la adecuada proporción de tungsteno, y los tests de autenticidad del oro son caros y degradan el metal), y se puede guardar en diferentes sitios al mismo tiempo, incluida la nube (cosa que, evidentemente, el oro no puede emular).

El error principal de Sala-i-Martín (y de otros economistas) es pensar que Bitcoin sólo es un instrumento financiero, cuando es mucho más que eso. Bitcoin es un protocolo que perfectamente puede ser utilizado desde el navegador para pagar al instante a través de internet, sin tener que exponer datos personales ni bancarios; es una moneda que ayuda a los habitantes de ciertos países a refugiarse de la constante depreciación de la divisa local; es una tecnología que habilita la transmisión de valor sin intermediarios ni comisiones, a lo largo y ancho del globo terráqueo – algo inédito en toda la historia de la humanidad.

Como dijera Juan Ramón Rallo, el argumento no puede ser que «Bitcoin no triunfará porque aún no ha triunfado». Es un argumento circular y equivocado: aunque es cierto que el triunfo no está asegurado, no hay nada que excluya esa posibilidad. Que los compradores hayan hecho disparar una vez más la cotización puede asustar a algunos, pero nada tiene que ver eso con el fracaso de Bitcoin, sino con una etapa de su desarrollo. De hecho, bien podría ser que los compradores estuvieran anticipándose correctamente a los acontecimientos. El tiempo lo dirá.