Es difícil saber exactamente qué es lo que está tramando la gente de Western Union; todo lo que sabemos es lo que nos informa The Wall Street Journal:
Frente a la creciente competencia entre las nuevas empresas que ofrecen pagos online y por teléfono móvil, Western Union intenta transformar su negocio apuntando a la generación de los que han crecido con internet. La compañía, otrora conocida como líder en servicios telegráficos, ahora está investigando nuevas formas de transacciones digitales e invirtiendo en nuevas metodologías para reducir los costos de su servicio de transferencia electrónica de dinero.
Western Union está considerando el uso de monedas digitales como Bitcoin, y evaluando qué rol podría cumplir en mercados tales como el de la telefonía por internet o el de los videojuegos – muy lejos de los servicios que ofrece la compañía en la actualidad (transferencia de dinero, pago de facturas y recarga de tarjetas prepagadas).
Hay quienes sugieren que los directivos de Western Union estarían considerando la adopción de Bitcoin como herramienta para optimizar su servicio (disminuir demoras, costos administrativos, comisiones cambiarias, etc). Esto es posible, pero también cabe suponer que han reconocido en el avance de Bitcoin una amenaza a su posición dominante en el mercado de las transferencias de dinero. De ser así, podrían estar aspirando a convertir a Western Union en un «superexchange» que facilite el intercambio bidireccional entre bitcoins y las diferentes divisas estatales. Muy pronto lo sabremos.
En todo caso, quienes alguna vez han utilizado Bitcoin para transferir valor saben muy bien que Western Union no tiene más que dos opciones:
1) Quedar obsoleto, manteniéndose a flote – penosamente – unos años más gracias a su poder de lobby, o bien…
2) Aprovechar su estructura, su amplia distribución y su convivencia con los más diversos marcos regulatorios para servir de puente hacia el futuro.
Tal parece que Western Union se ha decantado por la segunda opción.
[hr]
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