La guerra de los mineros

En pleno fragor de la batalla es difícil elevarse por encima del caos reinante para adquirir una visión global del conflicto que ha dividido a Bitcoin Cash (BCH). Lo intentaré, sin embargo, aun a riesgo de recibir una herida de metralla que interrumpa el curso de mi reflexión.

Empecemos por identificar los incentivos en juego. En esta oportunidad, los grandes protagonistas del conflicto son, indudablemente, los mineros, quienes por primera vez parecen haber tomado consciencia de su rol ejecutivo y de todas las responsabilidades que trae consigo el ejercicio de dicho poder.

Además de vender monedas con miras a la rentabilidad inmediata para mantenerse –como mínimo– operativos, los mineros invierten en monedas, y tan interesados están como cualquier otro inversor en atesorar el activo con mayor potencial de apreciación. Ahora bien, el potencial de apreciación de una criptomoneda no deja de ser una conjetura, falible como toda conjetura, y en parte apoyada en la determinación que muestren los mismos mineros a la hora de defender la cadena correspondiente de ataques basados en poder de cómputo.

Equipados con estas razonables presunciones, intentemos a continuación responder la siguiente pregunta: puestos ante un fork contencioso, ¿cuáles son las estrategias que los mineros podrían encontrar coherentes con sus respectivos incentivos económicos?

1- Soportar las pérdidas económicas necesarias para matar la cadena rival y luego quedarte con el ecosistema que se había desarrollado a su alrededor, con la esperanza de que el mercado baile contigo sobre la tumba de tu adversario. Anunciada y empleada por la gente de nChain, esta estrategia puede ser altamente rentable a corto plazo si resulta exitosa –y también a largo plazo, siempre y cuando hayas ganado la “guerra del hash” y logres ganarte luego el favor del mercado en tiempos de paz–.

2- Minar la cadena más rentable en el corto plazo, pero siempre listo para apuntar tu poder de cómputo a tu cadena predilecta una vez que el mercado haya convalidado sus méritos. En otras palabras: transferir las pérdidas a aquellos que, en tu opinión, son malos inversores. Esta estrategia, empleada por la gente de Bitmain desde el fork que dio lugar a Bitcoin Cash el 1 de agosto de 2017, puede ser altamente rentable a largo plazo si resulta exitosa.

Ambas estrategias implican un alto riesgo:

La número 1 puede arruinarte antes de que alcances tu objetivo, o puedes terminar «ganando» a lo Pirro.

La número 2 también puede fallar, si al final resulta que tú eres el mal inversor.

Gane quien gane, una consecuencia inevitable de este conflicto empezará tarde o temprano a vislumbrarse: los perdedores, y quienes hayan apostado por ellos, tendrán cada vez menos recursos disponibles para influir en el futuro de Bitcoin, mientras que los ganadores tendrán cada vez más.

Dicho de otra manera, los malos inversores sufrirán una reducción en su capacidad de hacer daño –intencionalmente o no–, en la misma medida en que los buenos inversores verán crecer su benéfica influencia. (Entiéndase por dañino, en este contexto, lo que resta utilidad a la moneda, como la fragmentación motivada por diferencias triviales o la desadopción provocada por el sabotaje a la escalabilidad).

En el largo plazo, no importa lo que se haga para empujar nuevamente hacia las redes del dinero fiat a quienes hayan saboreado las mieles de la libertad monetaria, por lo mismo que no importa cuánto se insista en que la gente vuelva a usar velas para iluminar sus habitaciones, o el correo postal para comunicarse a larga distancia, o cassettes para escuchar música.

No importa cuántas leyes sean promulgadas a efectos de impedir el acceso a la iluminación eléctrica, la comunicación electrónica o la música en formato digital en beneficio de burócratas, empresaurios y toda clase de intermediarios forzosos: la tecnología superior no puede ser contenida eternamente por la fuerza bruta.

Entre tanto, si no estás dispuesto a recibir cada nuevo ataque, cada nuevo fork contencioso, cada nuevo desafío técnico, económico o legal como una preciosa oportunidad para fortalecer a Bitcoin frente a los enemigos de la libertad monetaria, harías bien en mantenerte a una distancia prudencial de esta criatura mutante.