Cómo gobernar Bitcoin

Por Deryk Makgill

¿Puede Bitcoin ser controlado? ¿De qué manera? En este diálogo ficticio, imagino lo que Adam Back, de Blockstream, pudo haberle dicho a Andreas Antonopoulos.

Me he inspirado en el discurso «Cómo gobernar a la humanidad», pronunciado por Ellsworth Toohey, un personaje de la novela «El manantial», de Ayn Rand.

Adam y Andreas

«¿Qué… qué quieres, Adam?»

«Control, Andreas».

Escuchó pasos en algún lugar del pasillo de la nueva instalación minera de Blockstream, pero los pasos se estaban alejando. Adam y Andreas estaban solos, excepto por el zumbido de los nuevos servidores a su alrededor.

Adam lo miró sonriendo, casi con indiferencia.

«Pero eras un cypherpunk…», comenzó con voz firme y se detuvo.

«Sí Andreas, lo era. Igual que Greg. Igual que todos nosotros. ¿Te sorprende ver lo poco que nuestros principios significaron para nosotros al final? A mí también me sorprende. Pero aquí estamos».

Andreas apenas podía creer lo que estaba escuchando… no quería creerlo. ¿Acaso era posible?

«¿Quieres saber cómo controlar Bitcoin?», dijo Adam suavemente. «Hay muchas maneras».

«Esta es una: limita el tamaño de los bloques. Mantenlo lo más pequeño posible. Crea cuellos de botella. Destruye la capacidad de Bitcoin de escalar como dinero para el mundo… sin tu ayuda, por supuesto.

No intentes controlar Bitcoin directamente. Eso no funcionará. Satoshi no era ningún tonto. Pero haz que Bitcoin sea lento y costoso y será tuyo de todos modos.

A los primeros usuarios no les gustará esto. Bitcoin era rápido, barato y confiable. Debes convencerlos de que tendrán un Bitcoin superior renunciando al anterior.

El truco es volver sus ideales contra ellos. Aprende a usarlos como armas. No cuestionarán el tamaño del bloque si les dices que es para preservar la «descentralización«. No lo harán si les dices que es todo por una cuestión de «seguridad«, y de «igualdad» para todos los nodos.

Incluso se alegrarán por tu ayuda. Te agradecerán por proteger a Bitcoin contra la miopía de aquellos que quieren usarlo. Poco a poco se acostumbrarán a pagar tarifas más altas, porque es por una causa noble. ¿Entiendes?

Esa es una forma.

Aquí tienes otra: redefinir Bitcoin. La intención nunca ha sido facilitar pagos, después de todo. Aquí tu arma es la risa. Ríete de cualquiera que diga que lo ha sido. Búrlate de cualquiera que trate usarlo para algo.

¿Café? Eso es estúpido; para eso está Visa. ¿Datos? Eso es spam. ¿Comerciantes? Son estafadores. Haz esto lo suficiente y no lo usarán en absoluto. Diles que Bitcoin ha sido creado solo para almacenar valor, no para realizar pagos de manera rápida y económica. Las tarifas altas son algo bueno y Satoshi siempre las quiso. Haz todo esto mientras dejas bitcoin.org sin cambios. Te sorprenderá lo eficaz que puede ser esta simple táctica de manipulación psicológica.

Cuando te muestren el whitepaper de Satoshi Nakamoto, cambia el significado de las palabras. Diles que «efectivo» en realidad significa «caja de dinero». Diles que con «pequeños pagos casuales» en realidad se refería a cantidades en bitcoins, no en dólares. Y este sería un buen momento para hacerles saber que un «nodo» en realidad no es un minero. No queremos que piensen que los mineros tienen poder. Eso nos haría prescindibles.

Recuérdales que tú eres el experto, que tú sabes cómo programar y que «el código es ley», y dejarán de confiar en su sentido común. Es lógico que el hombre que asocia el código a la ley pretenda ser el creador del código, pero no van a hacer la conexión. Diles que «los humanos pueden ser corrompidos pero las matemáticas no», y no verán tu corrupción.

Si esto no funciona, diles que el whitepaper era solo marketing, que Satoshi era un tipo inteligente y así quería vender Bitcoin al mundo. Es cierto que habló de «comercio» y «micropagos», pero no quiso decir nada de eso.

Oh! Y si realmente los quieres de tu lado, niega el whitepaper por completo. Diles que Satoshi no podría haber tenido razón en todo. No necesitas probar esto ni proporcionar ningún dato específico. Nadie es infalible, después de todo. Bastará con sembrar algunas dudas en sus mentes y ellos harán el resto del trabajo duro por ti. Si Satoshi puede estar equivocado acerca de cualquier cosa en general, podría estar equivocado acerca de una cosa en particular.

Hay otra forma: tomar por asalto los canales de comunicación. Crea bots para discutir con cualquiera que no esté de acuerdo contigo. Haz que los disidentes se sientan solos. Hazlos sentir estúpidos. Expulsa a cualquiera que pueda presentar un argumento inteligente en tu contra. Nadie hablará porque nadie quiere ser excluido.

Llama a estas personas o empresas «enemigos de Bitcoin». Ataca su carácter y reputación. Ni siquiera importa si lo que dices es cierto, siempre y cuando la gente crea que podría ser cierto. Las turbas de Twitter harán el trabajo por ti.

Si intentan competir desde una rama de Bitcoin que implementa la idea original, llámalos estafadores.

Y por último: hacer trampa. Ofrece un «acuerdo» que permitirá reducir los costos de transacción sin aumentar el tamaño de los bloques. Diles que resolverá los problemas de escalabilidad de Bitcoin. Sabes que no lo hará. Sabes que es solo un trampolín para tu verdadero plan. Pero están desesperados por una solución y van a tomar cualquier cosa que les ofrezcas.

Para que todos estén de acuerdo, ofrece a cambio un pequeño aumento del tamaño del bloque. Cuando te den lo que quieres, retírate del trato. A estas alturas ya conoces el resto de la jugada. Ataca el carácter y la competencia de todas las personas con las que hiciste el trato. Son «enemigos de Bitcoin». Son «estafadores». El código es ley.

Bitcoin es casi tuyo.

Ahora ofrece tu solución a los problemas que has creado. Bitcoin PUEDE escalar, pero solo con la ayuda de tu empresa, que está en posición de hacer una fortuna, y solo fuera de la cadena en una «segunda capa». Las tarifas serán tan altas que tendrán que usar tu producto. Solo las grandes instituciones (bancos regulados que probablemente sean de tu propiedad) podrán realizar transacciones en la cadena.

Pero no menciones esto último. Puede que a la gente no le guste. Podrían preguntar por qué era tan importante limitar el tamaño de los bloques para que todos pudieran mantener un nodo si nadie iba a realizar transacciones en la cadena. Podrían preguntar en qué difiere esto del sistema que Bitcoin estaba destinado a cambiar. No quieres que lo hagan.

Diles que la solución llegará en 18 meses. Extiende la fecha límite indefinidamente. A las personas que ya no piensan que Bitcoin sirve para realizar pagos no les importará esperar tanto tiempo como quieras que esperen.

Mientras tanto, infla el precio tanto como sea posible. Imprime cientos de millones de unidades de «monedas estables» –supuestamente respaldadas por dólares– para descargar en Bitcoin y estimular la demanda. El precio no aumentaría si estuvieras equivocado, ¿verdad? Todos se regocijarán. ¡Bitcoin es un almacen de valor!

Cuando el precio baje, redefine lo que significa «almacenar valor». Diles que un bitcoin sigue siendo un bitcoin. Diles que aguanten y que compren más para mantener el precio. Aterroriza a los escépticos.

Desarrolla más «soluciones» y modelos comerciales para beneficiarte de esta nueva capa de Bitcoin. Oculta errores catastróficos al público. Actúa como si tu producto ya fuera perfecto. Actúa como si ya hubieras ganado, porque has ganado. Incluso si la gente encuentra problemas, ríete y diles que es un software beta. O puedes calumniarlos. O puedes volver sus ideales contra ellos. Lo has hecho antes, puedes hacerlo de nuevo.

La gente se acostumbrará a realizar transacciones fuera de la cadena. Estarán encantados de pagarte pequeñas tarifas a cambio de servicios de enrutamiento y prevención de fraude. Tal vez tus soluciones se puedan regular, pero eso es bueno porque la regulaciones mantienen a los competidores afuera. Llegará el día en que ni siquiera recuerden que están usando Bitcoin. Puede que ni siquiera estén usando Bitcoin –¿quién puede saberlo?–. He ahí el truco. Nadie liquidará sus fondos en la cadena debido a los costos artificialmente elevados que has introducido. Y las pocas veces que quieran hacerlo, podrán usar uno de nuestros bancos –por una tarifa, por supuesto–.

No, Bitcoin no llegó a desplegar todo su potencial, pero nadie recuerda el potencial y a nadie le importa. Te has asegurado de eso. Ni siquiera notarán que has recreado el mismo sistema que alguna vez pensaron que se veía amenazado por la existencia de Bitcoin.

Así es como lo haces, Andreas. Así es como se gobierna Bitcoin».

Adam se detuvo. Estaba sonriendo con esa misma sonrisa indiferente. Andreas apenas podía respirar. Su mente estaba en blanco, salvo por el zumbido de fondo de los servidores a su alrededor.

«Adam… eres…»

«¿Un demente? ¿Tienes miedo de decirlo? ¿Qué tiene de demencial aprovechar la oportunidad? Bitcoin estaba destinado a ser dominado. Si no hubiéramos hecho esto, alguien más lo habría hecho».

«Pero Adam, esto está mal», dijo Andreas. «No es por esto que me metí en Bitcoin».

«Mira a tu alrededor, tonto». Los ojos de Adam estaban ardiendo. «Este es el futuro de Bitcoin. Satoshi se fue. Pocas personas se dan cuenta de lo que hemos hecho y, de todos modos, a nadie le importa realmente, siempre que podamos mantener el precio en aumento».

«Voy a decirle al mundo lo que ha sucedido…» Andreas vaciló. ¿Qué iba a decir que la gente no había escuchado ya e ignorado? ¿Acaso otros no lo habían estado advirtiendo año tras año? ¿Y dónde estaba él cuando tuvo la oportunidad de hablar sobre eso? ¿No es demasiado tarde?

Los pasos volvieron a escucharse, pero esta vez se acercaban. Adam se volvió y caminó hacia ellos, dejando a Andreas solo en el pasillo tenuemente iluminado.

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