Lo que impulsa el precio del bitcoin

impulsa-precio-bitcoin
Image by Rich Jacques

Cuando el precio del bitcoin empieza a escalar, suele hacerlo en medio de un griterío que confunde a los neófitos: ¡peligro!, ¡burbuja!, ¡Ponzi!, ¡tulipanes!, ¡anarquía!, ¡espiral deflacionaria! Aunque por obvias razones el tono ha cambiado –la altanería y el sarcasmo han sido mayormente reemplazados por una cautelosa reserva–, seguimos escuchando las mismas objeciones que los “expertos” vienen haciendo circular desde febrero de 2011, cuando el bitcoin alcanzó la paridad con el dólar.

Si a principios de 2011 alguien se hubiera atrevido a predecir en público que la cotización del bitcoin superaría los US$ 100 para el año 2013, habría sido considerado un delirante –o un estafador– por la inmensa mayoría de los economistas. Mientras tanto, quienes supieron identificar el potencial de Bitcoin en aquel entonces no tenían tiempo para discutir con los expertos; estaban muy ocupados comprando bitcoins –algo que, créase o no, era bastante más complicado que ahora–.

Potenciado por el efecto de red (a mayor adopción mayor utilidad, y a mayor utilidad mayor adopción), el precio del bitcoin dibuja una curva que muchos incautos han confundido con la expresión de una burbuja financiera, cuando en realidad esa curva refleja la adopción de una nueva tecnología. Resulta que la expansión del uso de Bitcoin es un proceso inseparable de la monetización del bitcoin (como unidad); por lo tanto, no debería sorprendernos la tendencia que muestra el precio del bitcoin en el largo plazo.

Los primeros en adoptar el email no fueron recompensados con la apreciación de sus casillas de correo, a pesar de haber contribuido al éxito de una tecnología que cambiaría para siempre nuestra forma de comunicarnos. Esto se debe a que los emails no son bienes con cualidades monetarias. La adopción de Bitcoin, en cambio, es impulsada tanto por el efecto de red propio de las tecnologías disruptivas (IP, SMTP, VoIP, etc) como por el efecto de red propio de la buena moneda (piénsese en la inoxidable popularidad de los metales preciosos).

Veamos algunos de los factores que explican este efecto de red con esteroides:

Potencial de Bitcoin:

• Disrupción del sistema bancario,

• del comercio electrónico,

• de los mercados bursátiles,

• de las remesas,

• de los micropagos,

• de los contratos, etc.

Oferta de bitcoins:

• Hay 11 millones y medio de bitcoins en la actualidad, de los cuales una mínima fracción está a la venta, y nunca habrá más de 21 millones.

• La próxima reducción a la mitad de la recompensa por bloque hallado (halving) ocurrirá en unos 3 años, y a partir de entonces solo quedarán por “extraerse” el 25% de los bitcoins que llegarán a existir.

Demanda potencial de bitcoins:

• 7 mil millones de seres humanos habitan este planeta, de los cuales aproximadamente un 0,001% poseen bitcoins. [EDICIÓN: aparentemente, los poseedores de bitcoins constituyen no menos de un 0,01% de la población mundial]

• Todo lo que hace falta para adquirir bitcoins a cambio de algún bien o servicio es acceso a internet (aunque más no sea indirecto), en cualquier lugar del mundo.

Coyuntura:

• Desconfianza generalizada en los bancos centrales.

• Deuda pública en niveles récord.

• Miedo a la confiscación de los ahorros.

• Bitcoin entusiasma a los inversores más prestigiosos.

• Alemania reconoce al bitcoin como “moneda privada”.

• Las agencias gubernamentales de los EE.UU. se muestran prudentes ante el fenómeno Bitcoin.

• Los medios masivos de comunicación hacen a un lado la hostilidad y empiezan a tomar en serio a Bitcoin.

Y ahora, para que no digan que somos injustos con los críticos, concluiremos esta entrada exponiendo la serie de argumentos en contra de Bitcoin que suelen esgrimir los economistas más laureados:

• ¡Peligro!

• ¡Burbuja!

• ¡Ponzi!

• ¡Tulipanes!

• ¡Anarquía!

• ¡Espiral deflacionaria!