La política monetaria perfecta del «BCB»

monedas-btcDeleitémonos ante la magnificencia de Bitcoin, esta vez desde la perspectiva de la teoría económica, como si el software de la criptomoneda se tratase de un banco central ordinario. De regalo, algunas audaces predicciones.

Fuente: Satoshi Nakamoto Institute

Original por Pierre Rochard

Traducido al español por moraluniversal.com

Bitcoin tiene un banco central llamado “la red Bitcoin”, al cual nos podemos referir como el Banco Central Bitcoin (BCB). Este banco central emite una moneda llamada “bitcoin”, y procesa la transferencia de bitcoins entre las diferentes cuentas. La política monetaria reglada del BCB fue establecida en su creación, y su independencia está asegurada por la naturaleza distribuida de la red Bitcoin. Esta política no discrecional puede ser descrita como suministro de dinero con meta asintótica (SDMA).

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Oferta monetaria asintótica de Bitcoin

El BCB emite bitcoins, que entrega a una red de subcontratistas llamados “mineros”, quienes realizan los cálculos -llamados “prueba de trabajo”- que garantizan la independencia del BCB y procesan los pagos hechos en bitcoins. El señoreaje subvenciona el sistema de pagos, en lugar de beneficiar a la entidad emisora o vendedora/compradora de títulos públicos en las llamadas operaciones de mercado abierto. Este señoreaje por prueba de trabajo (SPdT) se junta con el SDMA en una sinergia que tiene los siguientes efectos monetarios:

  1. Agentes económicos racionales poseen un saldo en bitcoins incluso si no tienen pasivos denominados en bitcoins.
  2. Es el mercado el que decide los tipos de cambio y de interés, sin excepción.
  3. La banca de reserva fraccionaria no puede desarrollarse, lo que hace imposibles las trampas de liquidez.

En primer lugar, es sensato para los agentes económicos tener tantos bitcoins como puedan permitirse perder (esto es, sin dañar su capacidad material de consumir e invertir). El BCB puede ofrecer costos de transacción varios órdenes de magnitud inferiores a los de cualquier competidor gracias a la subvención del SPdT. Esta descomunal ventaja competitiva da a los agentes económicos la expectativa de que será adoptado como medio de pago y su liquidez aumentará. Esta expectativa se ha demostrado ya repetidamente, y el deseo de tener bitcoins tiende a incrementarse con el tiempo – como indican tanto el tipo de cambio como el volúmen de búsquedas por internet.

El mercado determina los tipos de cambio y los tipos de interés

La volatilidad del tipo de cambio es un derivado de la decisión del BCB de emplear una política monetaria independiente, y del libre flujo de capitales a un tipo de cambio fijo dada la “trinidad imposible”. Los agentes económicos superan sus sesgos cognitivos en relación a la compra de bitcoins en olas, debido al marketing tipo “de boca en boca” que tiene Bitcoin. Para algunos es suficiente con una única exposición a Bitcoin para saber de qué va, mientras que otros simplemente siguen a quienes marcan tendencia, o bien sucumben a sus propios sesgos de aversión al riesgo/arrepentimiento. En cualquier caso, estas olas de nuevos usuarios tienen un efecto desestabilizante en el tipo de cambio: los especuladores no están seguros de la amplitud y longitud de onda de cada adopción, y los amateurs se dejan abrumar primero por la excitación y luego por el miedo.

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El BCB no interviene para estabilizar estos ciclos intermitentes de sobreexpectación porque una apreciación constante del tipo de cambio permitiría una acumulación incluso mayor de excesos especulativos, y el BCB perdería la confianza que los ahorradores de bitcoins a largo plazo depositan en su SDMA.

Los tipos de interés de Bitcoin se basan en el arbitraje entre las ganancias esperadas de la posesión de bitcoins y las esperadas de darlos en préstamo. Las ganancias esperadas de la posesión están totalmente vinculadas al tipo de cambio esperado, porque el bitcoin es en la actualidad usado como pura “moneda vehículo” (aquella que se usa como intermediaria entre monedas nacionales). La heterogeneidad en las expectativas de los tenedores de bitcoins acerca del tipo de cambio ha dado lugar a operaciones de préstamos marginales. Sin embargo, la inmensa mayoría de los tenedores espera la subida del tipo de cambio a niveles muy superiores a lo que cualquier prestatario estaría dispuesto a pagar. Los bitcoins continuarán siendo atesorados, y los mercados crediticios denominados en bitcoins continuarán estando infradesarrollados hasta que, o bien las expectativas de los tenedores se ajusten a la baja, o estas se cumplan. El BCB no necesita actuar para romper el equilibrio actual pues las expectativas de los tenedores serán cumplidas, dada la superioridad demostrada de Bitcoin en relación a otras redes de pagos y depósitos de valor.

La banca de reserva fraccionaria no puede desarrollarse

La banca de reserva fracccionaria conlleva la creación de dinero nuevo que es fungible con dinero preexistente, o sea, que puede ser usado indistintamente dentro de los sistemas de pago en esa moneda. Esto es imposible con Bitcoin. El BCB impone las regulaciones más estrictas del mundo en materia de depósitos al requerir plenas reservas para todas las cuentas. Bajo este marco regulatorio el dinero no se destruye cuando las deudas con el banco se saldan, así que el aumento del ahorro no causa las llamadas trampas de liquidez; en su lugar, se incrementan los tipos de interés y bajan los precios al consumidor. Este es un ciclo auto-estabilizador, pues los atesoradores de bitcoins se ven incentivados a invertir, al tiempo que la deflación incrementa el consumo debido al efecto riqueza que les afecta. El BCB específicamente se desmarca de los préstamos a partir de los depósitos para dedicarse debidamente al suministro de dinero, y así evitar los efectos desestabilizantes que resultan de confundir el sistema crediticio con el de pagos.

Las propiedades positivas de la combinación SDMA con SPdT aseguran que, salvando problemas tecnológicos, Bitcoin será adoptado como moneda mundial. El Banco Central Bitcoin será la institución más duradera en su gremio gracias a la política antifrágil e independiente que ha dejado grabada en piedra.