Carta abierta a los que creen en la política

políticaPor moraluniversal.com

Esta carta va dirigida a ti, que crees en la política. Tal vez estés aún jugando con la idea, aunque seguramente hayas llegado al mundo Bitcoin tras despertar a un entendimiento más racional de lo que es el dinero, gracias a la libertad de información que existe en Internet. Gracias a esa libertad has despertado del mal sueño en que el dinero tiene valor en sí mismo porque así lo dicen los Estados y los poderosos… Espero tengas en mente de qué tipo de medios venía la información que te mantenía durmiendo, y en qué valores estaba anclada, mientras continúas leyendo. No sé en la tuya, pero en mi cabeza resuena principalmente la palabra “democracia” y otras sutiles formas de esclavitud.

No es cierto que el dinero fiat o fiduciario – como el dólar, el euro, o el peso – sea un enemigo de la libertad. Las monedas, los numeritos o papelitos no te quitan libertad, lo mismo que Bitcoin no te la da tampoco. La libertad es la medida de tu capacidad para obrar o elegir sin la interferencia violenta de otros y de ti mismo. Esto quiere decir que la libertad empieza con tus relaciones personales, no con el dinero: ¿existen personas en tu vida que te hacen sentir obligado hacia ellas? ¿Te engañas a ti mismo de que quieres estar con ellas, o es una de esas famosas historias de amor-odio?

Así es como nos sentimos acerca de todo tipo de valores arbitrarios impuestos; notablemente los conceptos de familia y país, tan ligados a nuestra subsistencia. Proyectas tus deseos y tus recelos en el dinero porque el dinero es el instrumento central de tus relaciones básicas en la sociedad, extensión de tu familia; y porque también siempre te ha sido impuesto. Sientes que lo odias y lo amas al mismo tiempo; que te esclaviza y te enorgullece. Es como todo el amor que probablemente recuerdas haya existido en tu vida, empezando por el de tus padres. Tal vez hubieras preferido quedarte con la moneda estatal de turno, aunque no fuese perfecta, pero los “malditos políticos” te la devaluaron, o te la cambiaron por otra; tal vez te estés haciendo una “manuela” monetaria con Bitcoin a la espalda de autoridades cuya hipocresía en el fondo conoces… Seguro que todo esto te resulta muy cercano a casa.

Lamento tener que decirte, pero Bitcoin no es nada de eso – y, además, en el fondo eres anarcocapitalista. Bitcoin es la expresión monetaria – ya desesperada – de los deseos reales del hombre, que son deseos contrarios a todo sistema de valores basado en la falsedad y su imposición forzosa; desde Dios hasta tu familia. Y, como tal, crece y florece como la vida misma.

¡Ya quítate de la cabeza esa idea de que el anarcocapitalismo es un sistema! El anarcocapitalismo es un concepto a posteriori que viene a decirte cómo les gusta a los seres humanos operar en la vida, y cómo de hecho operan (cooperando pacíficamente y como iguales) con referencia a todos los sistemas políticos (“-ismos”) que no son más que negaciones a priori de este concepto, que no son ley natural y que, por tanto, necesitan imponerse mediante el inicio del uso de la fuerza. Llámalo como te dé la gana, o quítale el “-ismo” si te confunde; a este “sistema” poco le importa eso. Usa la palabra que más rabia te dé para describir lo que pasa cuando las personas, como tú, se dedican a mantener y defender la propiedad de su propio cuerpo y de sus cosas; y no le gusta que les amenacen ni empujen. Esto es precondición lógica y obvia a toda forma de justicia social.

Tanto negar la propiedad individual de cualquier manera (p. ej. impuestos) como afirmar la necesidad de gobernantes es todo lo contrario de eso, y consiste en el establecimiento de la mayor desigualdad posible entre seres humanos, porque sólo los seres humanos ponen estos valores en práctica. Así que cualquier apelación a la justicia que hagas tras estos valores te revela como un auténtico hipócrita.

Pero tú no quieres ser hipócrita, ¿verdad? O al menos no la parte de ti que viene a Bitcoin a participar de un sistema tan justo y pacífico como las matemáticas, y tan anárquico y capitalista como la plaza del mercado. Atrás quedan tus políticas y políticos. Ya el dinero se desembarazó de esos amoríos estancados. Ya el dinero es libre. ¿Para cuándo lo serás tú?

Imagen por United Nations Photo