Bloques: el tamaño sí importa

Fuente: Liberty.me

Por Justus Ranvier Traducido al español por Symposion

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Por primera vez en la historia de Bitcoin, el tamaño medio del bloque en la cadena de bloques se está aproximando al límite fijado en el protocolo de 1 MB, y no todo el mundo se pone de acuerdo respecto a qué hacer. Muchas de las objeciones al aumento del tamaño o a la eliminación del límite de tamaño por bloque están basadas en una mala comprensión de la naturaleza de la escasez económica y cómo operan los mercados en general.

Cuotas de producción

Como podéis haber escuchado, el uso del Bitcoin está creciendo. Desde cualquier ángulo, este gráfico representa la clase de saludable adopción exponencial que todos queremos ver. Desafortunadamente, hay un problema en el horizonte que amenaza con detener o incluso revertir la adopción del Bitcoin.

Hace unos años, Satoshi añadió un límite al tamaño del bloque en el protocolo Bitcoin. Antes de este cambio, no había un límite explícito y sólo existía el límite implícito de los 32 MB del tamaño máximo del mensaje. Este límite fue explicado como una medida temporal anti-spam, y Satoshi dijo entonces que con el tiempo podría ser elevado si la red necesitaba una mayor capacidad.

El efecto económico de tener un tamaño máximo de bloque es el mismo que el de una cuota de producción. Las cuotas de producción son herramientas dentro de una economía planificada que fuerzan o bien limitan la producción de un determinado bien o servicio, de forma opuesta a las tasas de producción condicionadas por la ley de oferta y demanda.

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Las cuotas de producción son inherentemente dañinas para la economía, como se demuestra en el ensayo escrito por Ludwig von Mises en 1920, “Calculo económico en la comunidad de países socialistas”, y no representa de ninguna forma una estrategia sostenible a largo plazo para asignar la oferta de las transacciones Bitcoin.

Desde el momento en que fue implementado hasta ahora, el daño causado por la limitación del tamaño de los bloques ha sido una cuestión más teórica que real, ya que no existía suficiente demanda de transacciones Bitcoin como para verse frenada por dicho límite. En los últimos años, el limite de tamaño por bloque ha funcionado como una ley de salario mínimo que prohibiese los salarios por dejado de US$ 0,01 por año de trabajo. No existe demanda de salarios así de bajos en el mercado, y por ello una ley así bien podría no existir ya que carece de efecto en la economía. De forma similar, el límite de 1 MB en el tamaño del bloque no ha tenido aún ningún efecto sobre la economía Bitcoin, ya que nunca ha existido una demanda superior a 1 MB de transacciones cada 10 minutos.

Desde su creación, Bitcoin ha estado funcionando como si no existiera un límite de tamaño por bloque. Pero si este límite se sigue manteniendo en el mismo sitio cuando el mercado demanda un número de transacciones que no entran en 1MB cada 10 minutos, entonces Bitcoin entrará de golpe en un territorio económico desconocido.

La gente querrá usar Bitcoin pero el protocolo les impedirá hacerlo. No importa cuánto estén deseando pagar, no importa cuántos mineros estén queriendo incluir sus transacciones en un bloque, ni cuánto quieran los operadores de nodos difundir sus transacciones. Simplemente no podrán enviarlas.

La alternativa a la planificación central

La mejor alternativa a una cuota de producción sobre las transacciones Bitcoin es, como siempre en un contexto de planificación central, dejar que el mercado decida el tamaño óptimo para el bloque.

Nadie le dice a McDonalds cuál es el número máximo de Big Macs que se le permite producir cada día –lo hacen sus clientes al decirles cuántos quieren y McDonalds responde a esa demanda–. En cualquier momento dado, existirá un precio en el que el deseo de McDonalds de producir Big Macs es exactamente igual al deseo de sus clientes de comprarlos, y eso determina el número que será producido. El proceso del descubrimiento del precio es una propiedad emergente de las acciones de millones de actores independientes expresando sus preferencias en un mercado abierto y competitivo. Así es como queremos que se comporte Bitcoin. La red Bitcoin, como cualquier otro producto o servicio en la economía, debería cambiar su capacidad de producción para responder a la oferta y la demanda.

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Pero actualmente Bitcoin no está diseñado para hacer eso, y una de las barreras que evitan que sea mejorado en este sentido reside en una serie de falacias económicas o conceptos erróneos que hacen que personas bien formadas en otras áreas desconfíen del descubrimiento del precio en un mercado libre frente a la planificación central, o asuman que la asignación de recursos en redes informáticas funciona de forma fundamentalmente distinta a la asignación de recursos en cualquier otra parte de la economía.

Objeciones al tamaño de bloque determinado por el mercado

• “Las tarifas de transacción son muy bajas y no subirán hasta que el espacio en el bloque sea escaso. Necesitamos un límite de tamaño por bloque para asegurar la escasez y por lo tanto ponerle un precio a las transacciones.”

Esta objeción está basada en un malentendido común sobre la palabra “escasez” tal y como se usa en economía. En términos económicos, algo es escaso si la gente no puede tener una cantidad infinita de eso a un precio de cero.

En la superficie de La Tierra, el aire no es escaso. No es escaso porque todos los humanos pueden respirar tanto como necesiten o deseen, sin pagar ni obligar a otros a pagar por ello. Ya que todo el mundo puede consumir tanto como sean capaces sin reducir por ello la disponibilidad para que otros hagan lo mismo, el aire no necesita de un método de asignación de recursos. En términos prácticos, la cantidad disponible de aire a precio cero es infinita, por lo que el aire no es escaso. Casi todo lo demás sí lo es, y ciertamente lo es cualquier servicio que requiera tiempo o energía para ser producido.

El espacio en un bloque será siempre escaso en tanto y en cuanto nuestros ordenadores estén hechos de materia y sigan ocupando espacio. Construir un bloque no es gratis, almacenar un bloque no es gratis, y el ancho de banda necesitado para transmitirlo no es gratis. Siempre existirá algún coste para el minero que añade un transacción al bloque y ese coste podrá ser pequeño, pero nunca cero. Si las tarifas de transacción emergen de la operación de un mercado competitivo, entonces esperaríamos que se aproximasen al coste marginal de producción más un pequeño margen de ganancia.

• “¿Qué pasaría si el mercado fijase un tamaño de bloque tan grande que sólo Google se pudiera permitir mantener funcionando nodos completos?”

Este problema es real y podría llegar a darse, y es en realidad la razón por la que el límite al tamaño del bloque fue activado en primer lugar. Pero la razón por la que podría darse este escenario es el pobre diseño de las redes P2P: los mineros no necesitan pagar el coste de la retransmisión de los bloques a través de toda la red, con lo que este coste se convierte en una externalización que no se ve reflejada en el coste marginal de producción. La solución a esto es un mejor diseño de la red P2P, no una cuota que limite la tasa máxima de transacciones. Una descripción de cómo construir una mejor red P2P será parte de un futuro artículo.

• “¿Y si las tarifas de transacción fijadas por el mercado no pagan lo suficiente como para mantener un poder computacional que proteja a la red de otros adversarios económicamente fuertes?”

Si no hay suficiente demanda en el mercado de transacciones Bitcoin como para pagar un poder de hasheo que proteja la red, entonces Bitcoin fracasará. Esto puede ocurrir independientemente de que exista o no un límite de tamaño impuesto al bloque. Desde su creación, Bitcoin ha entrado en rumbo de colisión con algunos intereses extremadamente poderosos a nivel económico y político. La única esperanza de sobrevivir a esta colisión es atraer una base de apoyo muy amplia. Bitcoin necesita millones y después miles de millones de usuarios que demandan un mejor dinero. La demanda de parte de quienes desean bitcoins debe ser tan fuerte como para que estén dispuestos a ignorar la ley si es lo que hace falta para conseguirlos.

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Esta estrategia no es especialmente nueva o radical. Esta misma estrategia se ha empleado en el conflicto entre las redes P2P de intercambio de ficheros contra la mafia del copyright, y más recientemente en el conflicto entre las compañías que organizan viajes compartidos contra los cárteles de las licencias de los taxis. Cuando una nueva tecnología debe desarrollarse contra un entramado de intereses en un campo de juego desnivelado políticamente, la desobediencia civil es una táctica de probada eficacia.

No sabemos si Bitcoin conseguirá ganar el apoyo que necesita para sobrevivir. Lo que sí podemos decir es que restringir de forma arbitraria la tasa de transacciones es contraproducente de cara a conseguir dicho logro.

• “¿Y si la competencia resulta en que la rentabilidad del minado es tan baja que saca del juego a los pools más pequeños y la minería Bitcoin acaba siendo un monopolio?”

Esta objeción recurre al viejo argumento del «monopolio natural». El monopolio natural como teoría económica hace tiempo fue definitivamente desechada, y los mismos principios que explican por qué no surgen monopolios naturales de la fuerzas del libre mercado en las industrias habitualmente citadas, pueden ser aplicados igualmente a la minería Bitcoin. En lugar de repetir aquí esos mismos argumentos, recomendaré a quien esté preocupado por los monopolios naturales la lectura de “El mito del monopolio natural”, de Thomas J. DiLorenzo.

• “Si el mercado debería fijar el tamaño del bloque… ¿por qué no debería fijar también la recompensa por bloque?”

Esta objeción está basada o en una mala comprensión de la naturaleza del dinero o bien en el error de creer que el valor del bitcoin no se deriva de sus propiedades como moneda. Dejaré la exploración de estos malentendidos para un futuro artículo.

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