Bitcoin y el esperanto

Por Roland Albets

Los paralelismos existentes entre Bitcoin y el esperanto son obvios, pudiéndose extraer muchas conclusiones si se analizan bien estos dos proyectos. Es un tema que se ha tratado poco y mal; incluso ha sido utilizado por los detractores de Bitcoin como argumento para «demostrar» que la criptomoneda está condenada al fracaso. Como veremos, no hay nada más alejado de la realidad.

zamenhof+esperanto
Ludwik Lejzer Zamenhof

El esperanto es una lengua artificial creada por el Dr. Zamenhof en 1887, con la esperanza de que se convirtiera en la lengua auxiliar internacional. La idea era hacer que todas las personas del mundo pudiesen comunicarse entre sí en una lengua neutra y muy fácil de aprender.

Uno de los objetivos del protocolo Bitcoin es facilitar el intercambio de bienes entre todas las personas del mundo. Como una buena moneda, no necesita tener valor intrínseco o utilidad no monetaria, lo que están intercambiando realmente los usuarios de Bitcoin es información, exactamente igual que los esperantoparlantes. Este es, a mi modo de ver, el mayor símil entre estos dos proyectos. Es decir, el nacimiento de las dos ideas es fruto de una necesidad real (intercambiar información sin impedimentos) y no de motivaciones políticas.

Pero las analogías no acaban aquí. Los dos proyectos fueron ideados por personas extremadamente inteligentes (el Dr. Zamenhof y Satoshi Nakamoto); tienen cada uno un «rival» con el que compararse y competir (el inglés para el esperanto, el dólar para el bitcoin); poseen usuarios en todo el mundo (alrededor de 1.000.000 en el caso del esperanto, entre 2 y 4 millones en el caso del bitcoin); se les asocia con determinadas maneras de pensar (anarquismo y cosmopolitismo en el caso del esperanto; criptoanarquismo, activismo cypherpunk en el caso del bitcoin), y por último, requieren un tiempo de aprendizaje determinado: aproximadamente de 200 horas para el esperanto, y 10 minutos para Bitcoin.

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Símbolo Jubilea: nuevo símbolo del esperanto

Como sabemos, el proyecto esperantista fue un fracaso, aunque es verdad que ahora el esperanto está viviendo un pequeño repunte con internet. Pero, ¿por qué?; ¿qué errores cometieron los esperantistas que debemos evitar los bitcoiners?; ¿qué diferencias fundamentales hay entre estos dos proyectos?

En primer lugar, los esperantistas no tuvieron en cuenta que el grado de adopción de algo como una lengua depende en gran medida del efecto de red (igual que la adopción de una moneda), de manera que lucharon poco, o no tanto como debieron, para darle la máxima difusión posible desde el principio. Este aspecto parece tenerlo muy claro la comunidad bitcoiner, que crea constantemente nuevos proyectos alrededor de Bitcoin, gracias a los cuales el número de usuarios crece de manera sólida y constante.

En segundo lugar está el tiempo de aprendizaje. La gente quiere ver resultados en muy poco tiempo, y aunque el esperanto se aprende mucho más rápido que otras lenguas, sigue sin ser algo inmediato. En el caso de Bitcoin, aunque se están haciendo las cosas bien, se podría mejorar en ese sentido. Aún hay un poco la percepción de que es algo para gente técnica o experta en ordenadores, y no es verdad. Lo cierto es que abrirse una cuenta en un monedero virtual y empezar a utilizar la moneda no lleva más de 10 minutos.

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Image by Martin Schmitt

En tercer lugar, hay un concepto clave: el incentivo. El incentivo de una persona cualquiera para aprender esperanto es prácticamente nulo, motivo por el cual esta lengua se ha convertido en una curiosidad académica. La gente ya tiene su lengua materna con la que puede comunicarse con millones de personas (en la mayoría de los casos), y sino todos sabemos que los traductores online hacen maravillas. En cambio, el incentivo de una persona cualquiera para usar Bitcoin puede ser muy fuerte: se agilizan los pagos, se evitan los intermediarios, casi no se pagan comisiones, no es necesario hacer tests para comprobar la autenticidad de la moneda… entre muchas otras cualidades monetarias que tiene Bitcoin.

Por último, debemos mirar la situación y el estado de la competencia. El rival del esperanto ha resultado ser el inglés, lengua que se enseña en las escuelas y que todo el mundo quiere aprender, aunque los esperantistas opinen que es inferior al esperanto en muchos aspectos. En el caso del bitcoin, la competencia es principalmente el euro y el dólar, con todas las instituciones y ecosistemas que hay detrás esas monedas, incluyendo bancos y soluciones online como PayPal. Las dificultades por las que están pasando tanto el euro como el dólar son evidentes, por no hablar del descrédito generalizado de las instituciones bancarias. Es evidente que los encargados de la política monetaria no han hecho las cosas bien, y esto es un punto a favor del bitcoin.

En conclusión, podemos decir que aunque haya paralelismos entre estos dos ambiciosos proyectos y sea interesante compararlos, el contexto y las armas con las que cuenta Bitcoin son claramente superiores, por lo que tiene bastantes probabilidades de acabar triunfando.