¡Alto, policía cypherpunk!

Imagen por wachinkoh

Sabes que estás enfrentándote a manipuladores –o a idiotas útiles al servicio de manipuladores– cuando tus rivales se rehúsan a argumentar y se escudan tras un eslogan pegadizo. Identificar a los manipuladores es fácil, y añado que necesario si no quieres perder tiempo en un diálogo estéril, pues no hay debate posible, en el verdadero sentido de la palabra, con personas incapaces de defender una postura racionalmente; menos aún con personas determinadas a empantanar la discusión acudiendo a todas las artimañas del manual de tácticas leninistas. Pero eso no significa que no hay provecho alguno en prestarles atención: estudiando el contenido del eslogan en uso puedes inferir a qué le temen, y qué están tramando.

El blanco del momento, el chivo expiatorio al que se debe golpear hasta que sangre para ganarse la aprobación de Blockstream, es la propuesta –respaldada por el 95% del poder de cómputo y la inmensa mayoría económica– de elevar el límite al tamaño de los bloques de 1 a 2 MB en noviembre próximo (llamémosla 2X). Aunque esta propuesta fue diseñada específicamente para apaciguar a los Blockstream boys (la idea de Satoshi era simplemente remover el límite), ha sido calificada de “ataque a la red” en los foros y medios de comunicación que ellos controlan, para sorpresa de nadie. Son los gajes de negociar con terroristas.

Esta nueva campaña política se ha intensificado en la última semana y ahora parece estar concentrando todos los esfuerzos de la díada Blockstream / Core. Si eres uno de los tantos jóvenes que han sido entrenados por el sistema “educativo” para renunciar a tu propio juicio y confiar ciegamente en las “autoridades”, tú también puedes ser parte del movimiento anti 2X. Todo lo que tienes que hacer es comprar una gorra con la fórmula “NO2X” impresa y repetir el último mantra autorizado por Blockstream / Core, de ser posible con la gorra puesta.

El mantra está más cerca de ser un sonido hipnótico, desprovisto de contenido intelectual, que de una frase susceptible de ser contradicha. Así que no te preocupes, no tendrás que enfrentar ningún tipo de oposición. Pero no olvides revisar con frecuencia los foros oficiales, porque los mantras van cambiando según el interés del movimiento, y el interés del movimiento no lo defines tú sino la jefatura de Blockstream / Core. Si la mayor parte del poder de cómputo respalda a Core, el poder de cómputo es lo único que importa; caso contrario, no importará en absoluto, y lo mismo puede decirse de todos los otros parámetros: nodos, implementaciones, inversores, monederos, exchanges, brokers, pasarelas de pagos, resultados de encuestas… Estamos llegando al punto en que nada importa, salvo lo que opina hoy el líder supremo de la vanguardia intelectual cryptoleninista.

Cabe preguntarse por qué tanta insistencia en mantener el límite de 1 MB contra todas las conclusiones derivadas de la cataláctica, la investigación académica, la evidencia empírica y el sentido común. ¿Qué ofrece el límite centralmente planificado de 1MB, además de tarifas más altas, confirmaciones más lentas e inciertas y, en general, una experiencia miserable? A los usuarios, nada más que eso; a Blockstream, la posibilidad de obligar a los bitcoiners a usar sus productos.

2X es atacado no por razones técnicas, sino porque representa una amenaza existencial para los que aspiran a adueñarse del desarrollo de Bitcoin con el fin de subsidiar eternamente sus jardines amurallados. Una vez abandonado por los mineros y la mayoría económica, Core podrá seguir introduciendo basura en el repositorio que ha secuestrado, pero ya nadie –salvo quizás unos pocos devotos incondicionales– descargará el software contaminado por esta organización.

Y sin el control de la moneda que usa la mayoría económica, ¿cómo sostener la promesa de que los usuarios de Bitcoin serán esquilmados en beneficio de las corporaciones que han invertido en Blockstream?

En un último esfuerzo por mantener el control, ahora nos advierten que prácticamente todos aquellos que han asumido riesgos inmensos (mineros, inversores, empresarios) e hicieron posible con su audacia, su estudio, su esfuerzo y su cuasi fanática perseverancia el despegue de Bitcoin –en otras palabras, los más interesados en el éxito de Bitcoin–, son los que quieren destruir Bitcoin, y que para neutralizar estas fuerzas del mal debemos confiar en un grupo de late adopters ignorantes y resentidos que se rehusaron a prestar atención a Bitcoin durante años –mientras crecía frente a sus narices– porque ya estaba “demostrado” que una moneda peer-to-peer era “matemáticamente imposible”, al servicio de una compañía cuyo modelo de negocio consiste en desviar hacia sus arcas las tarifas destinadas a los mineros, es decir en desfinanciar la seguridad del sistema.

Con tal de salirse con la suya, los Blockstream boys están dispuestos a destruirlo todo –la comunidad, la adopción, los foros, los canales de comunicación entre desarrolladores, los negocios no alineados– y a sembrar el caos y la confusión toda vez que un foco de resistencia se organiza para repeler la invasión. En línea con su política de tierra arrasada, los vemos caer cada vez más bajo a medida que se acerca la fecha del próximo fork:

♦ Matt Corrallo, el desarrollador peliazul de Core, le ha escrito una carta a la SEC (Comisión Nacional del Mercado de Valores de USA) suplicándole que declare oficial su versión de Bitcoin (con bloques limitados a 1 MB), con el propósito de frenar a 2X.

♦ Samson Mow, el director de estrategia de Blockstream, informó al NYDFS (Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York) que Coinbase “está violando la Bitlicencia” por su respaldo a 2X.

♦ Además, han amenazado con demandar a los exchanges que opten por llamar «BTC» a la cadena con más respaldo minero –mientras en exchanges amigos lanzan un mercado de futuros cuyas condiciones perjudican a 2X–, y con denunciar al desarrollador principal de 2X ante el FinCEN por “violar la ley de fraude y abuso informático”.

¿A qué le temen sino al libre mercado y su fastidiosa manía de recompensar a quienes satisfacen a los consumidores y castigar a quienes no lo hacen? ¿Cuál será el próximo paso? ¿Pedirle a la Fed que designe a la junta de Blockstream como autoridad monetaria de Bitcoinlandia? ¿Pedirle a la ONU facultades para censurar internet a nivel global, no sea cosa que alguien decida libremente usar un software que no ha sido aprobado por Blockstream?

¿Adonde quedó la supuesta inquietud por la centralización, por esos puntos centrales que ponen en peligro a todo el sistema? ¿Hay un punto central más poderoso, más corrupto y más peligroso que el que constituye un organismo estatal?

A los que creíamos eso de que “los verdaderos cypherpunks escriben código”, Blockstream nos ha enseñado que los verdaderos cypherpunks escriben cartas a la SEC y llaman a la policía cada vez que alguien escribe código que no es de su agrado. Pues tendrán que seguir haciéndolo: tendrán que quitarnos la libertad monetaria uno por uno, a punta de pistola, o bien resignarse a ver cumplido el sueño de Satoshi Nakamoto. Lo lamento por los infelices que han invertido en Blockstream, pero la resistencia nunca va a cesar.

En un marco de libre competencia, si no tienes un buen producto no tienes nada. Y si no tienes argumentos, la violencia y la maquinaria propagandística no te servirán de mucho en el largo plazo. Si todo lo que tienes es dinero fiat, medios de comunicación, censura y una turba de trolls contratados, podrás en el mejor de los casos apoderarte de una estructura política vertical, pero no de un sistema como Bitcoin, diseñado específicamente para neutralizarte.

¿Qué habría sido de Blockstream / Core si en lugar de asaltar a Bitcoin hubieran lanzado un fork con un límite permanente de 1 MB para los bloques? ¿Cuál sería hoy el precio de un corecoin? Les guste o no a los Blockstream boys, Bitcoin evoluciona mediante forks, y es el mercado en definitiva el que selecciona a los ganadores.

Al contrario que los inversores, que asumen riesgos con el fin de enriquecerse beneficiando a otros –y si aciertan es porque su estrategia añade valor al conjunto de la economía–, los invasores se imponen por la fuerza para extraer la riqueza que ha sido creada por otros –y si lo logran, restan valor al conjunto de la economía–. Los invasores restan valor, pero lo que resulta perjudicial para el conjunto de la economía no necesariamente resulta perjudicial para todos y cada uno de los agentes económicos, como lo demuestran las pingües ganancias que obtienen los vendedores de armas en todo conflicto bélico.

Imaginarse los frutos que pueden obtenerse mediante el abuso de la institución Moneda puede ayudar a entender –que no a justificar– la conducta del tirano. ¿Te has preguntado alguna vez qué harías si pudieras crear dinero a voluntad, hacer figurar el monto que quieras en tu cuenta bancaria, y obligar a la gente a usar el dinero que tú mismo has creado? No sé qué harías tú, pero te diré lo que han hecho todas las personas que han tenido alguna vez semejante privilegio: en primer lugar, buscar la manera de eternizar el sistema monetario que lo admite, para lo cual es imprescindible debilitar cualquier alternativa que pueda ser utilizada como refugio.

Blockstream es una compañía financiada por megacorporaciones dependientes de un sistema financiero agonizante, desesperadas por aferrarse a un tipo de parasitismo que Bitcoin hace inviable. Lucharán hasta subordinar los fines individuales de los bitcoiners a sus planes –lo que supondría la muerte de Bitcoin–, o hasta ser expulsados de Bitcoinlandia. Yo apuesto por lo segundo, pues es prácticamente imposible reintroducir intermediarios allí donde estos han sido sorteados con éxito gracias a una nueva tecnología.

Imagen por wachinkoh