2016: el año que pondrá fin a las ilusiones de recuperación económica

Por Charles Hugh

Si colectivamente elegimos basar nuestro pensamiento en ilusiones y no en la realidad, las consecuencias serán catastróficas.

ilusiones
«Día y noche» – M. C. Escher

Las ilusiones han sido el motor de la «recuperación» de 2009-2015: las burbujas de activos no son burbujas, las políticas de los bancos centrales son espectacularmente exitosas, el desempleo se ha reducido hasta niveles de pleno empleo, y así sucesivamente.

Los problemas ocasionados por dichas ilusiones se están haciendo cada día más evidentes:

1. Auto-confirmación de la elite tecnocrática: quienes se encuentran en la capa superior, privilegiada, del sistema financiero ven su propio éxito y piensan: «Como el status quo está funcionando muy bien para mí y mis colegas, funciona muy bien para todo el mundo».

2. Las ilusiones refuerzan el sesgo positivo de las instituciones del status quo dirigidas por los burócratas estatales y la casta tecnocrática: los grandes medios de comunicación financieros, las agencias gubernamentales, etc.

3. Las ideas basadas en ilusiones parecen ser menos riesgosas que otras que podrían no dar resultado; por lo tanto, las ilusiones son consideradas por quienes se benefician del status quo como una apuesta segura.

4. Cuando nos encontramos frente a situaciones difíciles, las ilusiones son contraproducentes porque no generan soluciones. Las ilusiones satisfacen nuestra preferencia por la comodidad y el bajo riesgo, pero no resuelven los problemas.

Si llevas adelante una verdadera empresa, es decir, una que va a la quiebra si fracasas a la hora de resolver los problemas que –se supone– la empresa resuelve, el pensamiento basado en ilusiones te resultará catastrófico. Hay pocas garantías en la vida, pero actuar en función de ilusiones garantiza el fracaso.

Considera esta breve lista de creencias convencionales en relación a cuestiones económicas / financieras que no son más que expresiones de deseos:

– China va a lograr una depreciación lenta de su moneda, sin afectar significativamente el crecimiento global ni los flujos de capital (no importa que el gobierno chino nunca ha manejado una transición semejante).

– El desempleo en los EE.UU. es inferior al 5%, una tasa que refleja una situación de pleno empleo y un mercado de trabajo robusto y duradero (no importa que el número de puestos de trabajo a tiempo completo capaces de mantener un hogar sigue en disminución).

– Las bolsas mundiales van a sincerar sus pocas áreas de sobrevaloración y pronto volverá la expansión a todos los mercados.

– El estancamiento de los ingresos y las ganancias es un molesto fenómeno temporal que desaparecerá una vez que los consumidores obtengan los beneficios de la energía barata.

– Si el crecimiento global se hunde, los bancos centrales rescatarán la economía mundial con tasas de interés negativas que castigarán a los ahorristas de tal forma que los hogares y las empresas gastarán cada centavo que tengan.

– Este aumento del gasto impulsará un aumento del endeudamiento, los ingresos, las ganancias, etc., y –lo mejor de todo– atizará el fuego de la inflación –el objetivo último de los economistas keynesianos–.

– La carrera para devaluar las monedas con el fin de impulsar las exportaciones es una estrategia infalible para revitalizar el crecimiento global.

El mundo se enfrenta a una elección simple: ¿continuamos basando nuestras ideas y estrategias en meras ilusiones, o realmente empezamos a tratar de resolver los problemas? Es una cosa o la otra; no hay soluciones a medias. Como diría Yoda, «Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes».

Si elegimos colectivamente actuar basados en ilusiones, las consecuencias catastróficas están garantizadas.

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Imagen por The Lex Talionis